lunes, 8 de noviembre de 2010

Cerezo en flor

Sentado sobre la hierba el guerrero observa atento el cerezo. como él, su piel también está surcada por los recuerdos del tiempo. recorre con la mirada cada surco del tronco y con cada recorrido una batalla, y con cada batalla vidas arrebatadas. él solo seguía órdenes. aún recuerda las caras de gente inocente, la sangre, el fuego, su cobardía al mirar hacia otro lado. le enseñaron a seguir un código de honor, y si lo traiciona solo el suicidio le perdonará. ha venido aquí a meditar y algo pesa más que su armadura: mantener su honor limpio. es una deuda consigo mismo. recuerda que si tocan su sable tocan su alma. recuerda que es un samurai.