martes, 15 de mayo de 2012

Billy.

Billy participa en las peleas ilegales. Totalmente clandestino. Cuando llega la medianoche los desechos sociales entran por la puerta de atrás dispuestos a ver el espectáculo y a dejarse los cuartos. Ésto se parece más a una pelea de gallos. Algunos se arrepienten de haber apostado tanto dinero por los tipos enormes. Casi nadie piensa en dejarse el dinero en Billy, escuálido y con pinta de enfermo. Pero sorprende a todos, tumbando a auténticos titanes. Eso sí, con mucho esfuerzo.

Las reglas son escasas, se permite todo, excepto matar al adversario y llevar armas. A cada luchador se le cachea antes de entrar en el cuadrilátero, aunque más que cacheos, parecen saludos entre amigos.

Esa noche Billy se enfrenta a un coloso que le saca dos cabezas. Como siempre, la gente apuesta por mayoría a que el gigante le aplastará.

La pelea empieza. El vocerío es increíble. Ambos luchadores improvisan estrategias, hay que pensar rápido. Billy envía ágiles puñetazos, pero carentes de la fuerza necesaria. Los golpes de su rival sí dan la talla, pero no son tan rápidos. Billy golpea y golpea, pero el rival no parece inmutarse. Pocos son los que animan a nuestro protagonista, que ya tiene una estrategia: Esquivará a su adversario hasta cansarlo, momento que aprovechará para machacarlo.

Esquiva sin parar, hasta que el cansancio puede con su rival. Éste es el momento. Un sonoro golpe impacta en la cabeza. El gigante cae pesadamente. La victoria es de nuevo para Billy. Entre abucheos, es proclamado vencedor. se oye maldecir a todos los que apostaron por el inmenso hombre que ahora yace en el suelo del cuadrilátero.

jueves, 10 de mayo de 2012

La línea humeante.

-Todavía me sigo preguntando como lo has hecho. Es increíble.
-Tranquilo, nadie lo va a notar.
-¿que nadie lo va a notar? ¿estás de broma?

John había ''despejado'' la calle sin saber cómo. Ahora un surco poco profundo y humeante atravesaba el paseo. A ambos lados  se apilaban cádaveres chamuscados. El espectáculo era dantesco.

-John, ¿qué demonios has hecho?
- Tío, no tengo ni idea, estábamos discutiendo y de repente esa cosa surgió de mí.
- Es horrible, llama a la policía, o a los bomberos, llama a quien sea y confiesa que fuiste tú.
- ¿Y qué les digo? ¿que me enfadé y me dio por proyectar una línea de fuego?
- Yo que sé...  di que algún loco explotó una bomba, inventa algo.
- De acuerdo, diremos que vimos el fuego, pero nada más.

Cuando la policía y los bomberos llegan no pueden creer lo que ven. Los bomberos examinan el surco mientras los policías buscan pruebas que concluyan en algo preciso.

- Solo sé dos cosas que hagan una línea así, un lanzallamas y un dragón, y que yo sepa, los dragones no existen -dice un asombrado bombero-

Los policías hacen fotos y se llevan cenizas y tejidos que puedan dar algo en claro. pero nadie sabe que el fuego fue originado por el inquieto joven que les llamó.