martes, 25 de diciembre de 2012

Cómprame un árbol (Breve cuento de navidad).

Lily quiere un árbol de navidad, todos los niños del barrio tienen uno, ella no quiere ser menos.

Mi hermana Lily cree que solo por poner el árbol, los regalos aparecerán a la mañana siguiente. Las gallinas ponen huevos, los árboles de navidad ponen regalos.

Ella ha entrado en mi cuarto como un torbellino, se ha subido a la cama y se ha puesto a saltar.

- ¡El árbol, el árbol, el árbol!

Cuando quiere algo lo pide con ganas, puedes derrotar a un león en un coliseo, pero nunca te atrevas a llevarle la contraria a esta mocosa.

Pues nada, aquí estamos en el centro comercial buscando un árbol de navidad que le guste a Lily.

- Son de plástico ¿los árboles no salían del suelo? -a veces no sé como salir airoso de estas situaciones-

- Ehm... sí, por supuesto que salen del suelo, pero hay señores que los hacen ellos mismos para no tener que plantarlos. Es muy aburrido verlos crecer.

- Ooh -se ha quedado a cuadros-

Llega la parte difícil, elegir uno que le guste.

- Éste es verde fuerte ¿qué tal?

- ¡Muy feo!

- ¿Y éste? éste parece bonito, es blanco.

- Blanco, que soso.

- Mira el de aquí, es rosa ¿a ti te gustaba el rosa, no?

- Uy, el rosa es de niñas - ella es una niña, qué curioso-

- Pues entonces coge el que quieras.

Y es por eso por lo que tenemos un árbol navideño de color azul eléctrico en medio del salón.
Porque ella lo eligió, porque es el único árbol azul en el barrio y porque es navidad.