Un caballero llega a un bar, se apoya en la barra y pide una copa. El camarero se la sirve mientras el hombre mira distraído la televisión del local. Coge la copa y se la lleva a los labios. Pero no es licor. lo que hay en la copa es sangre humana.
- Camarero, en mi copa hay sangre -dice el asustado cliente-.
- Sí, es el nuevo cóctel de la casa ¿le gusta?.
- ¿pero qué locura es ésta? exijo hablar con el encargado!.
- No se ponga así, al fin y al cabo, solo es un poco de sangre.
- ¿Se está riendo de mí? le pienso denunciar!.
- Mire, le invito a esta copa, pero no me arme más escándalos.
- ¡Me voy de éste antro! -dice el hombre mientras se levanta del asiento-
No ha vuelto a entrar en ningún bar. Desde entonces, baja al supermercado a por un paquete de cervezas. Es mucho mejor.
martes, 3 de abril de 2012
Suscribirse a:
Entradas (Atom)