viernes, 17 de mayo de 2013

Ahí arriba (Tercera parte).

Por una parte, quería conocer a esos seres, tocarlos, saber cómo se comunicaban, qué hacían aquí... pero por otra parte, el primitivo miedo a lo desconocido paralizaba mi cuerpo. Me quedé mirando desde el estudio de radio a esos seres fascinantes, rodeados de un aura misteriosa....

Eran humanoides de complexión delgada, de color gris y sin un solo pelo en el cuerpo. La cara de estos seres era inquietante, tenían unos ojos rojos sin iris y pupila, no tenían nariz, solo un par de agujeros diminutos que se cerraban y abrían continuamente. La boca era sencilla, parecía un corte hecho a cuchillo.
no tenían orejas, al igual que la nariz, sus oídos eran agujeros a los lados de una cabeza completamente calva.

Obviando estos detalles, en forma eran bastante parecidos a nosotros los seres humanos. Este hecho me parecía inquietante, no sabía de dónde venían y sin embargo, se parecían a nosotros físicamente...

Me sorprendía cómo estos seres andaban con una calma increíble, iban mirando todo con mucha curiosidad, tocaban todo lo que veían interesante, probaban todo tipo de texturas y sensaciones. Vi la boca de uno de estos seres cuando quiso probar una planta. Vi como su boca se abría, mostrando una lengua de color púrpura oscuro y unos dientes muy blancos. Su dentadura era similar a la nuestra. Se metió la planta en la boca y empezó a saborearla, la masticaba detenidamente, parecía que le gustaba. Tragó y continuó su lento caminar.

Me preguntaba si estos seres querían muestras de la tierra como carne, vegetales o minerales, porque no podrían llevarse nada. Iban desnudos, no tenían una bolsa donde llevar objetos.

La gente les temía, los que no habían salido corriendo estaban paralizados por el miedo, como yo. Aquello era un caos, un montón de gente corriendo en todas direcciones, los perros ladraban a los visitantes, los niños lloraban... reinaba el pánico.

Pero no tenía por qué. Estos seres no estaban atacando a nadie, simplemente iban de aquí para allá tocando cosas. Me pareció muy curioso como dos de ellos se pararon en medio de la multitud alborotada y se quedaron observando como la gente huía despavorida. Se miraron el uno al otro y empezaron a hacer un sonido siseante mientras entornaban los ojos. Se estaban riendo. Al parecer, estos seres tenían sentido del humor.

Entonces, me atreví a salir. Estaba decidido a contactar con ellos.

Con las piernas como flanes y el corazón latiendome con fuerza me acerqué a ellos.

Sorprendentemente, no daban tanto miedo como parecía. Al verme, uno de ellos retrocedió un par de pasos mientras que el otro se acercó. Se me quedó mirando con interés. Me tiró de las orejas y de la nariz con delicadeza, deslizaba sus dedos largos por mi pelo, que tuviese pelo le parecía intrigante.

Su tacto era cálido y me examinaba con mucho cuidado. Mis ojos eran para él rarísimos, pasó un rato mirando detenidamente. Al parecer, yo era fascinante. Hice lo mismo y también le examiné. Su piel era lisa, era como tocar la piel de una rana, pero ésta era seca y cálida. No opuso resistencia alguna a mi curiosidad.

Ahora tenía que saber cómo se comunicaban. Les hablé pero no me entendían. Me señalé las letras que tenía mi camiseta y eso lo entendieron. Uno de ellos se agachó y se puso a dibujar en la tierra extraños símbolos con el dedo. Dibujó una V con tres líneas cruzando, luego un círculo con tres puntos dentro y siguió con más símbolos hasta dibujar veinte. Después señaló mi camiseta y apuntó hacia los símbolos ¿eran esos símbolos su alfabeto?

Señalé un árbol y luego señalé los símbolos. Él dibujó entonces dos líneas y un punto en medio. Comprendí que esos símbolos no eran letras, sino ideas, por escrito se expresaban mediante esos dibujos, como los jeroglíficos de los egipcios. Me enseñaron cómo, por ejemplo, la V con tres líneas era ''tierra'' y el círculo con tres puntos representaba el sol.

De repente, el ser extendió el dedo índice y me tocó la frente. Un destello azul cruzó por mi mente y me cegó por unos instantes. Cuando abrí los ojos oí una voz tranquila que me dijo:

- Saludos, humano.

Ahora entendía a esos seres, al haberme tocado aprendí de manera instantánea a hablar su lengua.

martes, 14 de mayo de 2013

Ahí arriba (segunda parte).

Fuimos al observatorio al día siguiente, me dijo que sabía cómo plantear este asunto y que allí tenía el material necesario. Nada más entrar me invadió un olor fuerte y viciado e instantáneamente me tapé la nariz con la mano. El habitáculo estaba lleno de porquería, la comida basura ocupaba el escritorio y había latas de refresco y batidos tirados por el suelo. El sitio parecía la habitación de un adolescente con agorafobia, más que el centro de investigación de un astrónomo.

- Éste sitio está lleno de mierda -le dije en un tono ciertamente acusador-.

- ¿Qué te esperas? llevo sin pisar ésto desde hace 6 años... al ver esa cosa en medio del firmamento, me asusté, apagué todo y salí corriendo, lo dejé todo tal cual, no me centré en recoger.

- En fin... quita las cajas de pizza de encima y busca en el ordenador.

Olvidé mencionar que este lugar estaba lleno de monitores y teclados por todas partes. Pizza, latas y ordenadores de última generación, en eso consistía el habitáculo.

Encendió el ordenador y empezó a teclear un montón de códigos y combinaciones de teclas, aquello era increíble, por la pantalla salían líneas y líneas de números y letras como una cascada. Al mismo tiempo, en los otros monitores iban surgiendo imágenes a toda velocidad.

- ¿Qué son exactamente todas esas cosas que tecleas? -estaba alucinando-

- Cálculos, millones de suposiciones, esquemas y códigos que formulé para esa raja inmensa -me decía sin dejar de teclear-

Al cabo de un rato, dejó de escribir. El ordenador casi echaba humo.

- Ya está.

- ¿Y bien?

- Como ya te mencioné, es una brecha sideral ¿el tamaño exacto, ancho, largo etc? ni idea, va creciendo conforme pasa el tiempo, ahora mismo, mientras hablamos, podría estar expandiéndose. ¿profundidad? lo mismo puedo decir, llego a la conclusión de que crece al ritmo de la ''entrada''. Duele decirlo, pero sí, los cálculos son todos suposiciones, cosas que he calculado a ojo por así decirlo. Esa cosa se me escapa de las manos. las fotos que han salido mientras tecleaba son fotos que he hecho yo mismo, me he tenido que fiar de 4 fotos de una raja en medio de ninguna parte.

Estábamos decepcionados, no sabíamos qué hacer con eso, el hecho de llamarlo brecha sideral era una suposición.

Se me ocurrió entonces una locura.

- ¿Y si es un agujero negro, que se ha plantado ahí en medio?

- No... en ese caso, ni estaríamos hablando, en cuestión de segundos nos habría absorbido, ni nos daríamos cuenta de qué habría pasado. Por eso me intriga, es algo que no había visto antes...

- ¿Podemos solucionarlo?

- Chico, no somos héroes, somos hormigas comparados con eso.

Se me ocurrió entonces llamar a la radio, intentar difundir el fenómeno. El investigador y yo solo conseguimos una entrevista en un programa de los sábados llamado '' Maníacos de lo oculto''.

Nos recibió un tipo con el pelo largo y lacio y que llevaba una camiseta en la que ponía '' Quiero creer'' con el dibujo de un marciano debajo. Nos explicó como funcionaban estas cosas y nos dijo que en en breve pasaban a nuestra entrevista. Tragué saliva.

- Estamos aquí con el aficionado de lo oculto (¿cómo?) Rick Martens y el investigador Bob Brooks, que dicen haber visto un fénomeno sin igual: una raja abriéndose en el cielo. Rick, háblanos un poco de esto.

- Ehh, sí, eso es, yo vi una apertura longitudinal en medio del firmamento (ya que salía en la radio, por lo menos, hablaría con un poco de propiedad).

- Suena muy extraño ¿qué nos puede decir nuestro amigo Bob?

- En efecto, descubrí esto hace unos 5 o 6 años, desde entonces ha seguido creciendo sin descanso.

- ¿Tiene ésto solución? - el locutor parecía estar aburridísimo, le estábamos contando que había una brecha surcando encima de nuestras cabezas y él ni se inmutaba -

- No parece que podamos hacer nada - dije poniendo tono grave - somos mortales contra el cosmos (ésto me quedó muy bonito) y nos va a comer, el cosmos mismo nos va a comer - dije pesadamente -

Esa frase pareció afectarle de verdad. Hizo una señal con los dedos al resto de gente en la sala. Creía que lo hacía por nosotros, pero resultó ser algo mucho peor.

Señaló a la ventana que daba a la calle y vi como se ponía a llorar. Y vi porqué se puso así.

De la grieta estaban saliendo seres de color gris. Iban cayendo lentamente sobre el pavimento con gesto decidido.

Por fin sabíamos que era esa raja en el cielo. Era una puerta. Una entrada.

Y me empezaron a temblar las piernas.