miércoles, 5 de octubre de 2011

Escarmiento.

Los protagonistas de esta historia ven entretenido tirar huevos a las casas ajenas. Cada tarde, abren la nevera de sus respectivas casas y meten en una bolsa huevos. Mamá nunca sabe por qué siempre falta la mitad de la docena que compró.
Esta vez han elegido una casa ennegrecida con un jardín descuidado como su próximo objetivo. ''seguro que ahí vive un viejo cascarrabias, se va a enterar'' dice el más joven de los dos, de 10 años de edad. Seleccionan los huevos más grandes y proceden al bombardeo: al cabo de unos minutos el jardín está empapado de huevo y no te gustaría estar en el lugar de las ventanas. De repente, se oyen pasos. Los muchachos ya están dispuestos a huir cuando encuentran que no pueden moverse. Maléficamente, sus músculos están paralizados.
- ¿ Dónde vais con tanta prisa? dice un anciano de unos 80 años. Lleva una elegante camisa y unos pantalones grises y se acompaña de un bastón.
- S-señor, l-lo sentimos, dice con dificultad el mayor de los muchachos, de 12 años.
- ¿Lo sentís? Lo único que veo son un par de muchachos con miedo, ¿qué tal si esto os hace reflexionar? al tiempo que el anciano dice esto, alza la mano y de la rabadilla de los atemorizados chicos surge una cola de rata larga y de color gris. ''tendréis esta bonita cola como escarmiento, quiero que os sintáis como ratas'' dice el anciano. Apenas termina estas palabras, los chicos pueden moverse de nuevo y salen corriendo, esta vez con una cola de rata cada uno.

Y allí van entre la multitud del colegio dos chicos con una cola asomando por sus pantalones, entre risas y murmullos.
Su mamá le ha hecho huevos fritos para cenar. el chico al verlos se ha puesto a llorar.



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