Crecí en la calle.
Era este un barrio humilde
sincero pero tan frío
que el alma te pesaba en invierno
cada mirada llena de cansancio
hueca y raspante
como las aceras erosionadas
por los años, el viento
y la suciedad.
Aquella vieja era amable
daba cigarros y sonrisas melladas
a los niños huérfanos.
Uno se sentía como uno de esos hombres
que salen por la tele, tan duros
tan valientes y rudos
imágenes en blanco y negro
la luna estaba partida.
Nunca supe quién era esa mujer
quizás era la muerte
buscando reclutas.
Quizás sólo fuese
otra alma sesgada.
jueves, 2 de febrero de 2012
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O.K Poeta del humo. Aquí puede que estemos ante el génesis de un personaje sin ataduras autobiográficas ni premisas vitales del autor. Si lo desenvuelves o desarrollas verás que no es fácil mantenerlo puro, sin influencias personales ni vitales propias. Ánimo. Escribir es durísimo.
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